NAC: ¿Qué significan estas iniciales?
Se trata de N-acetilcisteína, una molécula natural que en el organismo se transforma en Glutatión.
La N-acetilcisteína o NAC es por tanto un precursor del Glutatión y un regulador metabólico.
¿Lo sabía usted?
¡El glutatión es la molécula antioxidante natural más potente! Sin embargo, al ser su administración oral deficientemente absorbida, muchas veces es necesario complementarla.
Hagamos juntos un poco de ciencia para entenderlo mejor…
La respiración celular es un sistema de oxidación-reducción (redox) en el que el glutatión es el árbitro al transformarse de la forma reducida (GSH) a la forma oxidada (GSSG). El glutatión es un tripéptido de azufre, formado a partir de tres aminoácidos. La forma oxidada consta de 2 moléculas de glutatión conectadas por un enlace entre 2 azufres.
Entre sus muchas propiedades, la N-acetilcisteína es conocida desde hace mucho tiempo por sus propiedades mucolíticas (fluidifiante del moco) y es también utilizada cada vez con más frecuencia contra las frecuentes intoxicaciones hepáticas graves, provocadas por la utilización abusiva del paracetamol.
La NAC tiene 2 acciones importantes:
- Antioxidante
- Antiinflamatorio
La N-acetilcisteína (o NAC para abreviar) también puede ser oxidada por varios radicales libres oxidativos. Su acción también consiste en restaurar el potencial antioxidante de las células al promover la síntesis de glutatión reducido (GSH) y, al mismo tiempo, en la captación de oxígeno reactivo. Además, como molécula antiinflamatoria, la NAC es capaz de limitar la liberación de citoquinas en las primeras etapas de proliferación.
Resultados científicamente probados
En la literatura científica existen numerosos estudios que demuestran la eficacia de la NAC en la esteatosis hepática no alcohólica y, en particular, en la esteatosis hepática inducida por paracetamol. Este efecto beneficioso fue confirmado por un equipo taiwanés que trabajó con ratones sometidos a una dieta hipercalórica. La conclusión es la siguiente: “Tomar NAC durante 6 o 12 meses reduce la esteatosis hepática en comparación con el grupo control¨. (1).
NAC en el Síndrome metabólico
La diabetes, el exceso de colesterol y la hipertensión son patologías asociadas denominadas "síndrome metabólico" porque indican un trastorno metabólico. Varios estudios clínicos han demostrado los efectos beneficiosos de la NAC en estas indicaciones.
He aquí un ejemplo reciente: investigadores indios publicaron los resultados de un estudio clínico realizado en 35 pacientes diabéticos con perfil de síndrome metabólico y que recibieron 2 comprimidos al día, dosificados en 600 mg de NAC, durante 6 semanas. Observaron una caída significativa en la resistencia a la insulina, en los niveles de CRP (Proteína C-Reactiv), la presión arterial sistólica, los niveles de triglicéridos en sangre y un aumento del nivel de HDL. Además, registraron una disminución del índice de peroxidación lipídica. Estos resultados les permiten concluir de la siguiente manera: “A partir del análisis de las correlaciones se encontró que la CRP es la principal culpable, es decir que la inflamación está en el origen de la disfunción del endotelio, estrés oxidativo, hipertensión y viceversa”. Estas son por lo tanto interacciones recíprocas (2).
Estrés oxidativo y neurodegenerativo.
El cerebro está protegido de los agentes tóxicos por la “barrera hematoencefálica” que recubre la pared de las arteriolas que lo irrigan. Cualquier alteración de esta barrera tendrá efectos perjudiciales sobre el funcionamiento del metabolismo cerebral. Así es como el estrés oxidativo que acompaña a la diabetes conduce a lesiones de la barrera hematoencefálica, lo que debilita el funcionamiento del cerebro y puede conducir a la degeneración de las neuronas, como en las enfermedades de Alzheimer y Parkinson. De ahí el interés de la N-acetilcisteína, que es capaz de proteger e incluso restaurar la impermeabilidad de esta barrera (3).
El epitelio pigmentario de la retina es muy sensible al estrés oxidativo que, con la edad, conduce a la degeneración macular. Es en este contexto que un equipo del Departamento de Oftalmología de la Universidad de Minnesota demostró, en cultivo de células de retina humana, el efecto protector del estrés oxidativo con un aporte de NAC. Este último disminuye la formación de radicales libres oxidativos, aumenta los niveles de glutatión y mejora la función mitocondrial (4).
La enfermedad de Parkinson, que se caracteriza por una disminución de la liberación de dopamina, se acompaña de estrés oxidativo y una disminución de los niveles de glutatión en las células dopaminérgicas. Es en este contexto que investigadores del Departamento de Neurología de la Universidad de Jefferson en Filadelfia, estudiaron los efectos de la ingesta de NAC en 42 pacientes con la enfermedad. Administraron, durante 3 meses, una dosis de 50 mg/kg de NAC por infusión, más 500 mg dos veces al día por vía oral. Registraron un aumento significativo en la liberación de dopamina y sobre todo una importante mejoría clínica (5).
Un excelente análisis de las potencialidades de la NAC en enfermedades neurodegenerativas ha sido realizado por un pequeño grupo de investigadores italianos que abordaron, entre otros, las potencialidades en la enfermedad del Alzheimer que, hasta el presente, permanece sin tratamiento efectivo. La enfermedad de Alzheimer se caracteriza por un estrés oxidativo con peroxidación de lípidos de membrana, bajada de los niveles de glutatión y aumento de los niveles de citoquinas proinflamatorias.
El conjunto de estos elementos alegan en favor de la utilización de la N-acetilcisteína en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer y esto se confirma por varios trabajos realizados sobre modelos animales. Esperando la realización de estudios clínicos de gran envergadura, la NAC ya puede ser aconsejada como suplemento nutricional en las personas mayores y en la prevención o el tratamiento de degeneraciones cerebrales (6).
En conclusión
La N-acetilcisteína aparece como un antioxidante fisiológico y natural, de amplio espectro, y promotor del Glutatión.
Podemos recomendar la ingesta oral de N-acetilcisteína, como suplemento nutricional de protección metabólica en las siguientes indicaciones:
trastornos hepáticos, síndrome metabólico, riesgo cardiovascular, fragilidad e inflamación ocular, tracto respiratorio.
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Yves Ponroy
Bioquímico - Doctor en ciencias
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