NAC (N-Acetil-cisteína)
Poderoso antioxidante natural y eliminador de radicales libres
La N-acetilcisteína es un aminoácido azufrado normalmente presente en el organismo.
Restaura el potencial antioxidante de las células al convertirlo en Glutatión, que es un poderoso antioxidante natural y eliminador de radicales libres.
Limita la liberación de citocinas proinflamatorias.
- Protector Metabólico General
- Precursor del glutatión
- Antioxidante fisiológico
- Anti-inflamatoria
90 cápsulas de 600mg de origen vegetal
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NAC (N-ACETILCISTEÍNA): información detallada
Beneficios de la N-acetilcisteína:
- NAC fue conocido inicialmente por sus propiedades antiinflamatorias en el tracto respiratorio, con una acción favorable sobre la fluidez de la mucosidad.
- Luego, trabajos científicos han demostrado su eficacia en diversas inflamaciones del hígado, en particular durante la intoxicación química o por medicamentos.
- La NAC actúa favorablemente sobre el síndrome metabólico (diabetes, sobrepeso, hipertensión), factor de riesgo cardiovascular, reduciendo el estrés oxidativo.
- Protege el cerebro de la degeneración relacionada con la edad al promover la liberación de dopamina y un aumento en los niveles de glutatión.
- Los efectos protectores y antioxidantes de la NAC también están implicados a nivel ocular, en las diversas degeneraciones acompañadas de un estrés oxidativo.
Recomendado en los siguientes casos, como protector metabólico:
- Fragilidad hepática
- Riesgo cardiovascular (síndrome metabólico)
- Inflamación de las vías respiratorias
- Riesgos oculares
- Envejecimiento cerebral
Consejos de uso
Preferiblemente tomar 3 cápsulas al día de N-Acetilcisteína (NAC)
Composición
N-Acetilcisteína 600 mg, cápsula de origen vegetal
MÁS INFORMACIÓN
NAC (N-ACETILCISTEÍNA)
Precursor del glutatión
Regulador metabólico
La N-acetilcisteína es una molécula natural que, en el organismo, se transforma en Glutatión. Este último es la molécula antioxidante natural más potente cuya administración oral se absorbe pobremente.
La respiración celular es un sistema de oxidación-reducción (redox) en el que el glutatión es el árbitro al transformarse de la forma reducida (GSH) a la forma oxidada (GSSG). El glutatión es un tripéptido de azufre, formado a partir de tres aminoácidos. La forma oxidada consta de 2 moléculas de glutatión conectadas por un enlace entre 2 azufres.
Entre sus múltiples propiedades, la N-acetilcisteína es conocida desde hace mucho tiempo por sus propiedades mucolíticas y también se utiliza cada vez más contra las frecuentes intoxicaciones hepáticas graves provocadas por el uso excesivo de paracetamol.
Acción antioxidante y antiinflamatoria
La N-acetilcisteína (o NAC para abreviar) también puede ser oxidada por varios radicales libres oxidantes. Su acción también consiste en restaurar el potencial antioxidante de las células al promover la síntesis de glutatión reducido (GSH) y al mismo tiempo atrapar oxígeno reactivo.
Además, como molécula antiinflamatoria, la NAC es capaz de limitar la liberación de citoquinas en las primeras etapas de proliferación.
En la literatura científica existen numerosos estudios que demuestran la eficacia de la NAC en la enfermedad del hígado graso no alcohólico y en particular en la esteatosis inducida por paracetamol. Este efecto beneficioso fue confirmado por un equipo taiwanés que trabajó con ratones sometidos a una dieta hipercalórica. La conclusión es la siguiente: “Tomar NAC durante 6 o 12 meses disminuye la enfermedad del hígado graso en comparación con el grupo control. (1).
Otro estudio revisó diversas publicaciones científicas sobre la evaluación de los efectos beneficiosos de la N-acetilcisteína en la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Los autores concluyen: “Es importante destacar que la NAC parece eficaz para mejorar la función hepática al reducir los marcadores proinflamatorios como las interleucinas, el factor de necrosis tumoral (TNF-α) y el factor nuclear kappa (NF-κB). Esto se logra atenuando la peroxidación lipídica y la respuesta antioxidante intracelular, particularmente el glutatión” (2).
NAC en el Síndrome Metabólico
La diabetes, el exceso de colesterol y la hipertensión son patologías asociadas denominadas "síndrome metabólico" porque indican un trastorno metabólico.
Varios estudios clínicos han demostrado los efectos beneficiosos de la NAC en estas indicaciones. Aquí hay un ejemplo:
Recientemente, investigadores indios publicaron los resultados de un estudio clínico realizado en 35 pacientes diabéticos con perfil de síndrome metabólico y que recibieron 2 comprimidos al día, dosificados en 600 mg de NAC, durante 6 semanas. Observaron una caída significativa en la resistencia a la insulina, los niveles de CRP (proteína C-Reactiv), la presión arterial sistólica, los niveles de triglicéridos en sangre y un aumento en los niveles de HDL. Además, registraron una disminución del índice de peroxidación lipídica. Estos resultados les permiten concluir de la siguiente manera: “Del análisis de correlación se encontró que la CRP es la principal culpable, es decir que la inflamación está en el origen de la disfunción del endotelio, estrés oxidativo, hipertensión y viceversa” . Se trata pues de interacciones recíprocas (3).
Estrés oxidativo y neurodegeneración
El cerebro está protegido de los agentes tóxicos por la "barrera hematoencefálica" que recubre la pared de las arteriolas que lo irrigan. Cualquier alteración de esta barrera tendrá efectos perjudiciales sobre el funcionamiento del metabolismo cerebral. Así es como el estrés oxidativo que acompaña a la diabetes conduce a lesiones de la barrera hematoencefálica, lo que debilita el funcionamiento del cerebro y puede conducir a la degeneración de las neuronas, como en las enfermedades de Alzheimer y Parkinson. De ahí el interés de la N-acetilcisteína, que es capaz de proteger e incluso restaurar la impermeabilidad de esta barrera (4).
El epitelio pigmentario de la retina es muy sensible al estrés oxidativo que, con la edad, conduce a la degeneración macular. Es en este contexto que un equipo del Departamento de Oftalmología de la Universidad de Minnesota demostró, en cultivo de células de retina humana, el efecto protector del estrés oxidativo con un aporte de NAC. Este último disminuye la formación de radicales libres oxidativos, aumenta los niveles de glutatión y mejora la función mitocondrial (5).
La enfermedad de Parkinson, que se caracteriza por una disminución de la liberación de dopamina, se acompaña de estrés oxidativo y una disminución de los niveles de glutatión en las células dopaminérgicas. Es en este contexto que investigadores del Departamento de Neurología de la Universidad de Jefferson en Filadelfia estudiaron los efectos de la ingesta de NAC en 42 pacientes con la enfermedad. Administraron, durante 3 meses, una dosis de 50 mg/kg de NAC por infusión, más 500 mg dos veces al día por vía oral. Registraron un aumento significativo en la liberación de dopamina y sobre todo una importante mejoría clínica (6).
Un excelente análisis de las potencialidades de la NAC en enfermedades neurodegenerativas ha sido realizado por un pequeño grupo de investigadores italianos que abordan, entre otras cosas, las potencialidades en la enfermedad de Alzheimer que, hasta el momento, permanece sin tratamiento efectivo. La enfermedad de Alzheimer se caracteriza por estrés oxidativo con peroxidación de los lípidos de la membrana, disminución de los niveles de glutatión y aumento de los niveles de citocinas proinflamatorias. Todos estos elementos abogan por el uso de la N-acetilcisteína en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer y así lo confirman varios estudios realizados en modelos animales. A la espera de la finalización de estudios clínicos a gran escala, la NAC ya se puede recomendar como suplemento nutricional en los ancianos y en la prevención o el tratamiento de la degeneración cerebral (7).
Conclusiones
La N-acetilcisteína aparece como un antioxidante fisiológico y natural de amplio espectro y promotor del glutatión.
La ingesta oral de N-acetilcisteína puede recomendarse como suplemento nutricional protector metabólico en las siguientes indicaciones:
- Trastornos hepáticos, síndrome metabólico, riesgo cardiovascular, fragilidad ocular e inflamación de las vías respiratorias.
Bibliografía
“La administración a largo plazo de N-acetilcisteína rescata la esteatosis hepática a través del estrés del retículo endoplásmico con respuesta de proteína desplegada en ratones”- Lipids Health Dis. 2020 mayo 25; 19(1):105.
“La N-acetilcisteína tiene como objetivo la acumulación de lípidos hepáticos para frenar el estrés oxidativo y la inflamación en NAFLD: un análisis exhaustivo de la literatura”- Antioxidantes (Basilea). 2020; 9(12):1283.
“Efecto de la N-acetilcisteína en el perfil del síndrome metabólico en pacientes con síndrome metabólico”- Trastorno Metab Syndr Relat. 2020; 18(7): 341-346
“La interfaz de la barrera hematoencefálica en la diabetes mellitus: disfunciones, mecanismos y enfoques del tratamiento” – Curr Pharm Des. 2020;26(13):1438-1447
“N-acetil-L-cisteína protege las células epiteliales del pigmento retinal humano del daño oxidativo: implicación para la degeneración macular relacionada con la edad” – Oxid Med Cell Longev. 2019; 2019:5174957
“La N-acetilcisteína se asocia con la mejora dopaminérgica en la enfermedad de Parkinson” –
Clin Pharmacol Ther. 2019; 106(4):884-890
“Resumen sobre los efectos de la N-acetilcisteína en enfermedades neurodegenerativas”- Moléculas. 2018; 23(12):3305